La inmunidad diplomática del corrector

En la actual era de la tecnología y los medios digitales pulula sobre nuestras cabezas la idea de que las cosas, en general, las hacen los ordenadores. Jorge Drexler en su canción ‘Mi guitarra y vos’ dice la maravillosa frase:

“La máquina la hace el hombre… y es lo que el hombre hace con ella”

Entonces ¿por qué mucha gente ha perdido el interés por hacer las cosas bien, por esmerarse en su escritura y por trasladar sus mensajes de una manera clara, concisa y sin faltas de ortografía? La respuesta puede estar en el ‘corrector de ortografía’, aunque yo más bien lo llamaría ‘sugeridor de palabras’.

¿Cuántas veces después de haber recibido un mensaje indescifrable habéis recibido otro diciendo: “perdón, ha sido el corrector”? Pues no, no ha sido el corrector, has sido tú. Si esto ocurre entre amigos, con confianza y cariño, la repercusión es de baja intensidad. Si esto ocurre en mails comerciales, mensajes en redes sociales, cartas de presentación o anuncios publicitarios, la repercusión es terrible.

Escribir bien teniendo en cuenta todas las reglas de la RAE es muy difícil, pero podríamos empezar por evitar las faltas de ortografía garrafales. Cuando éramos pequeños nos decían que una de las claves para escribir correctamente era leer mucho, pues bien, hoy en día yo añadiría

«una de las claves para escribir correctamente es leer mucho a personas que escriban correctamente»

Y es que cuando estamos expuestos a miles de mensajes, informaciones y textos a lo largo del día, debemos hacer hincapié en la calidad de lo que leemos, no únicamente en el fondo sino también en la forma. Una buena base de ortografía y gramática nos permite discernir, pero cuando estamos flojillos en ese aspecto somos esponjas que absorbemos lo que leemos y lo reproducimos.

Por eso quiero romper una lanza a favor de la escritura, a favor de las tildes en su sitio, de las comas bien puestas y de todos los haber, a ver, echo y hecho que alguien se molestó en pensar cómo escribir.

Asi que ya saveis… ha esforzarse con la hortografia. Duro eh? Habrá sido el corrector…